Cuando el baile fue tan importante que llegó a dar nombre... ¡a una calle!

En muchos pueblos se conservan lugares privados o salones públicos en los que se celebraba el baile dominical cuando el tiempo no acompañaba.  En la localidad de Veganzones, se conserva "el Baile", antigua casa de la Cofradía del Santísimo que fue reconstruida en tiempo reciente. En este lugar físico y de la memoria se celebraron los bailes ya en el pasado, incluso en la función invernal de Santa Águeda. Tal fue la importancia que ocupó en la vida de las gentes del pueblo esta manifestación coreo-musical y su lugar de manifestación que con esa denominación dieron nombre a la calle que discurre junto a ese edificio.

Placa nominal de la calle

"El Baile" de Veganzones
Fotografía tomada por Fidel Martín

El baile en la cultura popular fue uno de los momentos de mayor relevancia en cuanto a la representación social de la comunidad, ocupa un lugar físico determinado (un salón, una plaza, una calle o las mismas eras, por ejemplo), construye la realidad social de sus participantes y posee un gran poder comunicador. Se puede decir de él que es una manifestación sociocultural de primer orden. En el devenir de la solemne rueda, reina y gobernadora del baile (nada que ver con la recreación que ponen en marcha los grupos de danzas y bailes), se puede percibir un análisis de los estilos de vida de una sociedad, un estudio de la economía de la época, el status social de cada uno de los participantes, la comunicación de los bailadores a través de la expresión corporal, gestual... Sus cuerpos, desgastados o no; sus ropas, buenas o quizá no tanto o ya remendadas; sus alhajas, si es que las había; o el interés de entablar una relación amorosa o simplemente desarrollar las figuras y movimientos coreúticos propios de la tradición...




El diario El Porvenir Segoviano: diario de avisos de Segovia, en su número del 20 de septiembre de 1899, relata brevemente el baile de rueda (en este caso, al exterior) que tuvo lugar en Madrona con motivo de las fiestas en honor al Cristo de la Salud:

"Por la tarde, cuando el alegre son de las dulzainas anunció a la juventud el comienzo de la danza, la plaza del pueblo llénose, como por encanto, de mozos y mozas, vistiendo éstas el clásico manteo de tirana y el pañuelo de Manila de vistosos colores.
Hay en el centro de la plaza un árbol, que guarda exacto parecido con el que es en las Provincias Vascas emblema de sus fueros: el árbol de Guernica.
Alrededor de este álamo, siguiendo tradicional costumbre, pónese el baile de rueda cuyo círculo va agrandándose hasta llegar al borde de la anchurosa plaza y […] echándose unas miradas de 100 grados de temperatura…"

Baile en la plaza de Nieva, de Antonio García Mencía (ca. 1853-1915).
Archivo Ruiz Vernacci. Fototeca del IPCE.
Licencia  CC-BY-NC-ND





Comentarios

Entradas populares